viernes, diciembre 22, 2006

VATEL: Crítica sobre la economía palatina francesa en la época de Luis XIV.
La política, sociedad y economía, amén de la cultura, en la Francia absolutista del reinado de Luis XIV ha tenido en numerosas ocasiones un reflejo en la cinematografía, como demuestran títulos relacionados con la saga de los Tres Mosqueteros (ambientada en la época de Luis XIII y su hijo y sucesor, el Rey Sol) o con la vida del monarca Borbón. En este sentido merece hacerse una reflexión breve sobre un título no demasiado conocido por el gran público, pero que como consecuencia de su excepcional recreación de los fastos versallescos (en este caso, expuestos en el palacio de Chantilly) y de la magnífica interpretación de los protagonistas, merece nuestra atención.
Interesante análisis sería el de la confusa vida del citado Vatel. De origen suizo, Fritz Karl Vatel (1635-1671) pasaría la mayor parte de su corta vida en Francia, al servicio del ministro de Estado y superintendente de finanzas Nicolas Fouquet, y posteriormente al del Príncipe de Condé. Mitificado gracias a los pocos datos sobre su vida y por su fantástica muerte[1], suicidado por causa de la falta de pescado en los banquetes que coordinaba en Chantilly en honor a Luis XIV, nos encontramos ante un sirviente genial, que todavía no daría el paso hacia la liberación de su persona y obra ante el régimen señorial existente, pese a lo cual su muerte “romántica” preludia su profunda vinculación hacia su trabajo, supeditando su genio hacia su propia vida.
Así pues, dejando de lado la vida del maestro de ceremonias Vatel y la historia dramática del film, nos podemos detener en un aspecto puramente económico: la trama argumental coincide con la visita de Luis XIV al Príncipe de Condé en 1671 para dirimir las rencillas surgidas entre ambos durante la Fronda y los servicios militares de Condé a la Monarquía Hispánica en la década de 1650. Junto a la solución de los problemas citados, el anciano militar deseaba complacer al monarca galo durante su visita a Chantilly para resolver los graves problemas económicos de su hacienda, muy mermada por los vaivenes políticos de Condé, objetivo máximo, según se desprende de la película, de éste.
A lo largo del film se aprecia el funcionamiento de un palacio en el mundo barroco, desde la infraestructura (cocineros, jardineros, albañiles, carpinteros, transportistas y arrieros, acreedores…) hasta lo más visible para los anfitriones e invitados (actuaciones musicales y teatrales, bailes, pantagruélicos festines…), dentro de un complejo sistema organizativo del barroco, en donde el maestro de ceremonias (en este caso, el celebrado François Vatel) era la pieza clave para su sostenimiento.
De manera preciosista e, históricamente, impecable el director Roland Joffé ha conseguido dar vida a una época capital para la historia de Europa, poniendo en imagen la realidad socioeconómica francesa que ha sido tan estudiada por historiadores de la talla de Germain Martin, Jacques Saint Germain o Paul Poisson de Bourvalais, en el marco económico, o Jean-Louis Thireau, Pierre Goubert o Jean-Christian Petitfils, en el espacio político y administrativo.
En este sentido se analiza detalladamente el funcionamiento de los sistemas de producción palatinos, relacionados con la intendencia material y el crédito financiero, en este caso, de un mundo no-urbano, sino muy apegado a la realidad rural. Las conexiones entre el arte y la propia producción manufacturada (por medio de carpinteros, jardineros o técnicos de las más diversas materias) generarán un resultado final verdaderamente espléndido, como puede considerarse el bon gôut de la aristocracia francesa en el mundo del barroco pleno.
VATEL (ficha técnica):
Dirección: Roland Joffé.
Paises: Francia / Reino Unido.
Año: 2000.
Duración: 117 min.
Interpretación: Gérard Depardieu (François Vatel), Uma Thurman (Anne de Montausier), Tim Roth (marqués de Lauzun), Timothy Spall (Gourville), Julian Glover (príncipe de Condé), Julian Sands (Luis XIV), Murray Lachlan Young (Felipe de Orleans), Hywel Bennett (Colbert), Richard Griffiths (dr. Bourdelot).
Guión original: Jenne Labrune.
Adaptación inglesa: Tom Stoppard.
Producción: Alain Goldman y Roland Joffé.
Música: Ennio Morricone.
Fotografía: Robert Fraisse.
Montaje: Nöelle Boisson.
Diseño de producción: Jean Rabasse.
Dirección artística: Louise Marzaroli.
Vestuario: Yvonne Sassinot de Nesle.
[1] La única información verídica sobre su vida, a falta de un estudio profundo de la documentación de los archivos particulares de Condé y Fouquet, corresponde a una carta de Madame de Sévigné dirigida a Madame de Grignan, que se expone en las líneas siguientes: "Mais voici ce que j'apprends en entrant ici, dont je ne puis me remettre, et qui fait que je ne sais plus ce que je vous mande : c'est qu'enfin Vatel, le grand Vatel, maitre d'hotel de Mr Fouquet, qui l'était présentement de Mr le Prince, s'est poignardé".