sábado, noviembre 25, 2006

Tema III. 4: La agricultura en los Países Bajos.
Los Países Bajos, entendidos como las Provincias Unidas surgidas de la revuelta antiespañola de 1568, poseen la calificación de “motor financiero” de Europa entre 1560 y 1660, como consecuencia de la disposición de sus élites oligárquicas y de su propia estructura social en pro del expansionismo colonial y del patrocinio de una actividad mercantil y bancaria muy intensa. Sin embargo, este desarrollo comercial y financiero de las Provincias Unidas posee en origen una base económica bien distinta, como será la agricultura.
El sector agrícola posee ciertas características que le convertirán en uno de los más avanzados de toda Europa:
- Técnica y mecanismos de producción avanzados (abonos, aperos de labranza, molinos de viento e incluso ingeniería destinada a arrebatar tierras cultivables al mar, los “pólderes”).
- Importación de cereal del Este de Europa (sobre todo de Polonia-Lituania) que cubre las deficiencias de su producción propia, y que además permite dedicar tierras a otros cultivos (especialización agrícola).
- Gran poder de adquisición comercial, lo que supone una agricultura vinculada al mercado (posibilidad mayor de ganancias y distribución productiva para un mayor rendimiento agrícola, cercano a 1 grano de trigo por 11 % de la media de producción de su agricultura).
Hasta 1550 se extendió el cultivo de cereal, con unas tasas de ocupación de la tierra productiva cercanas al 63 %; de allí se dejó paso a cereales mixtos y a la ganadería estabulada, lo cual mejoraba la posición de los campesinos con respecto a la disposición de excedentes alimentarios. Esto se entiende sobre todo por el modelo de distribución de la propiedad de la tierra, dividida casi a porcentajes iguales entre una oligarquía dirigente (tanto nobles como burgueses propietarios) y el campesinado, según una tácita y consuetudinaria tradición que favorecía el acceso a la tierra de aquellos que no participaban de este control de la tierra en la que se ejerce el trabajo propio.
Entre las aportaciones novedosas en la técnica agrícola, en los Países Bajos se potencian las rotaciones sin barbecho, de avena, trébol o lino, lo cual mejoraba las tasas de recuperación de la tierra cultivable, sin posibilidad de agotamiento a corto o medio plazo. Estas medidas suponían una relación directa entre la agricultura y otros medios productivos primarios (ganadería) y secundarios o terciarios (mejora industrial como los nuevos arados o los molinos de viento; puesta en venta de mercado de los excedentes agrícolas o importación de los deficitarios cereales), lo que lleva a pensar que la actividad económica ligada a un desarrollado y “quasi liberal” modelo político burgués supera con creces a la que se halla vinculada a unos régimenes autoritarios y marcadamente mercantilistas, tan extendidos en toda Europa en la Edad Moderna.